22 de julio de 2011

Hay lugar

Hay. Hay lugar. Vengo a decirte —a pedirte— que no te preocupes más. Que cuando sientas que la sombra te rodea demasiado, puedes venir cada que así lo quieras o lo necesites y puedes escucharme al leer estas líneas: hay lugar, hay mucho lugar.
Para la magia, para la creatividad, para la invención y para la reinvención. Todavía hay un sitio para todo eso, todavía existe un lugar para mucho más. Desperézate, sacúdete y vuelve a confiar. Lo encontré, y platicando generalidades me confesó, casi de manera accidental, que todavía hay lugar, que siempre ha habido, que lo que ocurre es que has pasado demasiado tiempo viendo hacia los lugares vacíos, hacia el imposible infinito, hacia la nada.
Pero ven, es buen momento para que veas todo desde mi perspectiva; es un excelente momento para que no pierdas la esperanza y conozcas las novedades de lo que no se ha querido mover y está ahí para ti, esperando con paciencia a que quieras enfocarlo. No lo dudes ahora, por favor; y si lo haces, que sea sólo como un ejercicio de la imaginación, ésa que no podría, ni aunque quisieras, dejarte solo. Pero deja ya de creer que el abismo es real: tú lo inventaste, tú puedes hacerlo desaparecer.
Hay lugar, camarada. Afortunadamente, puedo decirte con certeza que todavía hay lugar. Camina con el temple de quien sabe cómo descansar para poder avanzar a buen ritmo: hay lugar.

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