8 de diciembre de 2009

Ladran

Me dijeron más de una vez ya que me odia. Busqué en internet una frase que, supuestamente, aparece en el Quijote (que no he leído), pero resulta que no. El punto es que me gusta mucho divertirme y, para algunos, la diversión está peleada con la seriedad y con el trabajo.
Ella me odia, me dijeron más de una vez ya. Trabajo en un lugar donde el gobierno invierte en personas para que salten y giren en el aire, entre otras cosas. Yo, como servidor social, sin recibir ni un peso del gobierno, no puedo girar en el aire (de poder, puedo, pero mi trabajo —gratuito— no es divertirme).
Que sea ésta la última vez que hablo de ella; que ella, que —dicen— me odia, hable de mí todo lo que quiera, de cómo juego, de lo mucho que me divierto. El dinero que no me paga el gobierno me motiva para que ellos, los que giran en el aire, lo hagan con una sonrisa.
"Ladran, Sancho, señal que cabalgamos".

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