20 de noviembre de 2009

¿De qué te escondes?

Soñé que me perseguían. Era una cacería. Buscaban a las personas que estaban conmigo y yo ni las conocía, yo ni había escogido estar con esas personas (fue mi sueño).
Estaba en Tijuana, creo. Cuando sueño, sueño muchas cosas, como cuando le cambias los canales a la televisión. El sueño cambió de canal, pero seguí teniendo miedo, ya afuera de Tijuana, ya sin metralletas en la boca (que así mataron a alguien en mi sueño: "¿tú eres fulanito de tal?", le preguntaron. Cuando contestó que sí le metieron una metralleta en la boca y le dieron diez balazos en cuestión de segundos, pero no se murió luego luego; en cambio, empezó ahora él a dar balazos, algo afectado del cerebro tras el ataque, me imagino. Entonces me fui corriendo).
Ya en otro sueño, en un cuarto de azotea, disfrutando una fiesta con mis amigos, volví a tener miedo, tal vez por algúna estela emocional que arastré desde Tijuana. Me escondía cuando alguien pasaba. Sólo soñaba. Sólo soñaba.
Por fin desperté y me tapé toda la cara con las cobijas. "¿De qué te escondes?", pensé. "Nada, no es nada". Me destapé la cara, pero no pude dejar de esconderme.

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